
La enseñanza musical contribuye, como es bien sabido, a la educación integral de los niños. Para que la influencia benéfica de la música se materialice será necesario cuidar tanto la adecuación de los enfoques y estrategias metodológicas como la calidad de los materiales que se ofrecen a los educandos.
El mundo sonoro es percibido por el niño en interacción con los demás “mundos” sensoriales; cuando se expresa o se manifiesta, produce con toda naturalidad sonidos y música pero también se mueve, actúa, dibuja, modela. La clave de la educación musical consiste pues en promover activamente la participación de los niños en experiencias integrales que les permitan movilizar su cuerpo, sus sentidos, su afectividad, su inteligencia y sus capacidades expresivas y de comunicación.
Las autoras de estos cuadernos poseen una seria formación pedagógica, unida a una reconocida experiencia en el contacto con los niños. Los trabajos prácticos de carácter audiovisual que han elaborado se proponen estimular de distintas maneras el manipuleo activo y por ende la participación mental de los niños en relación a la música, objetivos esenciales de todo proceso educativo.
Es de esperar -tal como las autoras lo señalan oportunamente- que estos materiales contribuyan no sólo a auxiliar al maestro en la delicada y ardua tarea de preparación de las clases de música, sino que al mismo tiempo lo inciten a participar agregando, modificando, inventando cada vez más en su labor pedagógica.
Mis felicitaciones por el esfuerzo y por la calidad del trabajo realizado al que auguro el mayor éxito.
Violeta Hemsy de Gainza
1977